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lunes, 24 de julio de 2017

Con ingenio Casa del Arte mantiene cartelera cultural en Rancagua

Con un ingenio típico del chileno, la Casa del Arte de Rancagua se las arregla para mantener una cartelera cultural que se sostiene gracias a un pequeño pero fiel público, el que tras cada función puede compartir anticuchos y navegados que mejoran la rentabilidad de una sala que tiene interesantes posibilidades para presentaciones íntimas.
Artículo preparado por Alejandro Pujá Campos,
Presidente de Consumidores Asociados, la ODECU del Libertador.

La visita a la Casa del Arte, el sábado 23 de julio, tenía la intención de ver la comedia "Suegras", pero terminó en descubrir como esta pequeña sala, con ingenio y organización, se las arregla para gozar de una buena salud, aunque la demanda de sus espectáculos no sea masiva.

En la ocasión se había anunciado, a las 20:30 horas, la obra protagonizada por Alex Vidal, Shlomit Baytelman, Cecilia Cucurella, Eliana Albasetti y María Angélica Arcos; de un guión original de Hugo Daniel Marcos y con la dirección de Christian Villarreal.

Llegando al lugar, se advertía en una clásica pizarra negra y con tiza, de la ausencia de Baytelman y Albasetti por razones de salud, lo que parece no melló la voluntad del público que casi llenó la pequeña sala ubicada en Ibieta 187. Claro que esa información podía haber sido subida oportunamente al sitio casadelarte.cl, que hasta el inicio de la función nada advertía de esta eventualidad. Reemplazaron a las enfermas las actrices Bárbara Santander y Carmen Poblete Avila, de la compañía TIARA.

No obstante, como ya habíamos reservado por teléfono, había que ser coherente en el interés de conocer la obra y el recinto, así que avanzamos a comprar una módica entrada de $7000, en primera fila, para ver una comedia entretenida.

La pieza, de poco más de una hora, explota los malos ratos que sufre un matrimonio de una mujer jóven (Bárbara Santander) con un varón cinco años mayor, trasplantado de corazón, (Alex Vidal); que es visitada, en distintos días de la semana por sus respectivas madres, suegras que no se toleran la una con la otra, y la madre de Pablo, el que le donó el corazón a Daniel, el personaje de Vidal.

Luego, la comedia discurre en los enredos que se producen cuando, por distintas causas, coinciden las tres madres, el mismo día, en la casa del matrimonio que hace denodados esfuerzos por evitar se encuentren y, también, por expulsarlas.

Sumando y restando, el saldo de haber visitado la Casa del Arte de Rancagua es positivo. Se trata de un local acogedor, una buena acústica que se presta para conciertos íntimos, valores razonables y una curiosa invitación, hecha antes del inicio de la función, para comparrtir unos anticuchos con navegado, al terminar. Se trata de una ingeniosa forma de optimizar la rentabilidad de la función, que no me cabe duda es acogido por buena parte de los asistentes.

Por otra parte, la página casadelarte.cl es desabridamente sencilla, con notas de hace 10 años inclusive y una oferta de membresía por la que se puede obtener anticipadamente la cartelera, razón no muy convincente como para asociarse, a menos que lo que se busque es apoyar decididamente a este recinto, cuestión que vale la pena plantearse.

Pero como no estamos obligados a ser mecenas, hago votos para que la Casa del Arte pueda mejorar la gestión y seguir manteniendo este pequeño pero prometedor espacio de cultura y socialización local.

Publicado originalmente en el sitio institucional de Consumidores Asociados, la ODECU del Libertador.

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