Se
trata de la decimosexta versión de este estudio, que busca satisfacer
requerimientos de información asociados al diseño e implementación de
políticas públicas en materia de equidad de género. Una completa
radiografía del acceso y uso de productos financieros que tienen las
mujeres y hombres en el país, contiene el nuevo informe de Género en el
Sistema Financiero de la Superintendencia de Bancos e Instituciones
Financieras, SBIF.
Los
principales objetivos del informe, pionero en el mundo, son relevar la
importancia de avanzar en reducción de brechas de género en el sistema
financiero y generar información que aporte en la construcción de las
políticas públicas y de las políticas comerciales de las instituciones
financieras.
Con esa meta, la edición de este año presenta la evolución temporal (2002-2016) de un conjunto de indicadores que permiten
evaluar el acceso y uso a los productos bancarios de ahorro, crédito y
administración del efectivo, por parte de hombres y mujeres en el país.
Principales resultados
Si bien las mediciones internacionales de brechas de género muestran que la “dimensión económica” es una de las con mayor rezago en el país, los
resultados del informe dan cuenta de importantes avances en el cierre
de brechas de género asociadas al uso de servicios financieros provistos
por la banca.
En efecto, durante el período de análisis (2002-2016) no
se advierten brechas significativas en la cobertura de los productos de
ahorro bancarios, y se observan avances sostenidos en el cierre de
brechas de género asociadas a la cobertura de productos de crédito y
administración del efectivo. Sin embargo, se detectan brechas que aún
persisten en el sistema.
Entre los principales resultados del estudio, se encuentran los siguientes, separados por tipo de producto:
Productos de crédito
La proporción de deudoras bancarias mujeres como porcentaje de los deudores hombres aumentó de 56% en 2002 a 94% en 2016.
Por otra parte, la relación entre el monto de la deuda de las mujeres y
los hombres aumentó en 2 puntos porcentuales (pasando de 54% en 2015 a
56% en 2016), destacando que la cobertura poblacional del crédito para
las mujeres (medida como porcentaje de la población adulta del mismo
sexo con créditos vigentes) pasó de 44% a 45% en el mismo periodo.
Administración del efectivo
La
brecha de género asociada a la cobertura de productos de administración
de efectivo se ha reducido significativamente durante la última década.
La relación entre cuentas de administración del efectivo contratadas
por mujeres respecto de aquellas contratadas por hombres pasó de 62% en
2002 a 92% en 2016. La cobertura poblacional de estos productos para las
mujeres pasó de 23% a 131% durante el mismo periodo.
El
cierre de la brecha de género en el acceso a estos productos se explica
en gran parte por la masificación de cuentas vista (entre las que se
incluye la Cuenta RUT de Banco Estado). Por cada 100 cuentas vista
contratadas por hombres, existen 99 contratadas por mujeres. El número
baja a 66 en el caso de las cuentas corrientes.
No obstante, persisten diferencias relevantes en los montos administrados por hombres y mujeres.
A 2016, sólo un 34% del saldo total administrado mediante estos
productos está asociado a mujeres. Los comportamientos asociados a la
mantención de saldos diferenciados por género parecen reflejar,
fundamentalmente, las brechas de ingreso entre ambos.
Ahorro
No
existe evidencia de brechas de género significativas asociadas al
acceso y uso de productos bancarios destinados al ahorro. Sin embargo, se detectan diferencias en la composición del saldo de los instrumentos de ahorro de hombres y mujeres.
Globalmente,
el saldo promedio de ahorro de las mujeres es inferior al de los
hombres (31 puntos porcentuales menor durante el último periodo). No
obstante, en los productos cuentas de ahorro para la vivienda y ahorro
previsional voluntario, las mujeres exhiben durante los últimos periodos
saldos promedio superiores a los de los hombres.
Integridad financiera
En relación a la integridad financiera, las mujeres sistemáticamente han exhibido indicadores de morosidad y protestos de cheques menores a los de los hombres.
En particular, respecto a los indicadores de morosidad de la cartera
crediticia, la morosidad menor a 90 días de los hombres es 14% mayor a
la de las mujeres. En el caso de la morosidad de 90 días o más, el
porcentaje llega a 40%, manteniéndose las brechas durante gran parte del
periodo evaluado.
Diferencias en crédito y ahorro para la vivienda
Según revela el informe, consistente con mediciones anteriores de la SBIF, la deuda bancaria de las mujeres posee un componente habitacional porcentualmente mayor al de los hombres
(61% de la deuda de mujeres corresponde a deuda habitacional, mientras
que para los hombres esta proporción es de 57%). Por su parte, la deuda de los hombres posee un componente comercial porcentualmente mayor al de las mujeres.
Sin
embargo, un análisis detallado del acceso a los créditos hipotecarios
revela que si bien no se advierten brechas de género sustantivas en
términos de tasas de interés y plazos, sí las hay en cuanto a los montos
colocados, siendo inferiores para mujeres respecto de los hombres.
A
diciembre del 2016 gran parte de los créditos otorgados a hombres
corresponden a viviendas cuyo valor fluctúa entre 1.000 a 2.000 Unidades
de Fomento (26,6% del total) y 3.000 a 6.000 U.F. (25,8% del stock
total). En tanto, la deuda de las mujeres se concentra principalmente en
los tramos de 1.000 a 2.000 Unidades de Fomento (32,7%) y 2.000 a 3.000
U.F. (23,4%). Estas relaciones han permanecido estables en los últimos 8
años.
Consistente con el componente habitacional de la deuda de las mujeres frente a hombres, las mujeres tienen una demanda más activa en los productos de ahorro para la vivienda.
Es así como a diciembre de 2016 las mujeres poseían 2,8 millones de
cuentas de ahorro para la vivienda, muy por encima de los 1,7 millones
de cuentas pertenecientes a ahorrantes hombres.
Más antecedentes de este informe sobre equidad de género en el acceso y uso del sistema financiero, los puede obtener en el sitio de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras.
Publicado originalmente en el sitio del Servicio de Educación Financiera de Consumidores Asociados.
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